10 consejos para un CEPILLADO DE DIENTES PERFECTO
1. Usar el enjuague bucal antes del cepillado
Aunque te suene raro porque toda la vida llevas haciéndolo al revés, los expertos nos recomiendan todo lo contrario. "Esto puede disminuir considerablemente la carga de bacteria en la boca y por consiguiente reducir los microorganismos que terminan en las cerdas tras el cepillado".
Esto seguro que lo tienes claro pero, por si acaso: "Es especialmente importante para aquellos con enfermedades periodontales, pues la bacteria oral presente en sus bocas pueden entrar en el flujo sanguíneo durante las actividades diarias, como comer, masticar chicle o cepillarse los dientes".
Eso y no olvidarse de las superficies externas, internas y de masticación de los dientes. Por cierto, también recomienda cepillar la lengua. ¿El tiempo adecuado? Dos minutos.
"Esto significa que se comparten las bacterias incluyendo aquellas que causan caries y enfermedades periodontales".
¿A que esto no lo sabías? El experto recomienda cambiarlo cuando ya te hayas recuperado.
Un ambiente húmedo, como la ducha, es más propenso para el crecimiento de microorganismos. Guarda el tuyo en un lugar seco, en posición vertical y al descubierto, para que se vaya secando.
Para evitar que a la boca lleguen microorganismos de otras partes, se recomienda enjuagar bien el cepillo con agua después de usarlo, así como empaparlo con enjuague bucal antibacterias. Ten en cuenta que muchas veces quedan atrapados en las cerdas del cepillo restos de comida y pasta de dientes, que pueden aumentar el número de bacterias.
"Pueden existir estos microorganismos antes de comprarlos o de retirar el cepillo del empaque", por lo que se debe limpiar de manera correcta antes de estrenar el cepillo.
Generalmente cuando las cerdas están abiertas. Eso sí, los cepillos suelen durar entre tres y cuatro meses, no más.
"A la hora de almacenarlos, hay que mantenerlos separados para prevenir la contaminación cruzada"